No sabía dónde estaba parada, no sabía quién era en realidad. Estaba dejando de usar esa remera de Callejeros que tantos recuerdos, sentimientos y melancolía le traía. Había dejado atrás las chalinas en el cuello, los vecinos habían dejado de molestar, quejándose por la voz del Pity que sonaba todo el tiempo, a todo volumen. Se iba La Rockera, y con ella un montón de sentimientos que había encontrado pateando las calles, las vivencias y enseñanzas que se aprenden cuando volver a tu casa no es una opción. Estaba dejando de ser para pertenecer. Ya no paraba en La Placita, dónde no faltaba ni un viernes, ni un sábado, ni un martes. Ya no se juntaba con los pibes a tomar una birra y a fumarse un faso en ese bar de rocanrol, el mejor de toda la ciudad, "jacarandaes que aún no trepaste se amuran al diagonal". Ya no se sentaba debajo de ese jacarandá en el que empezaba y terminaba todas sus caravanas. Estaba cansada de contar siempre la misma historia cuando lo miraba en otoño, cuando no tiene hojas...se había cansado de decirle al que tenía al lado: "cada vez que miro éste árbol en otoño pienso que cada una de esas ramitas es borracho que paró acá", ya la había contado millones de veces. Se había olvidado de lo artesanal. Estaba perdida, se había perdido. Había olvidado la voz del máximo rey. Y se despertó. Y volvió a ser. Se había cansado de cansarse de las cosas que la hacían ser como verdaderamente era, una rockera. Se calzó las de lona en los pies, jean roto, polainas, remera de La 25, el pañuelo había vuelto al cuello y todas sus cosas al morral. Y arrancó, siendo lo que era se fue con los pibes a la estación. Los esperaba Temperley. Todos en el furgón, ahí volvía a ser la chica del suburbano, la chica de los vicios sucios. "Bienvenidos, esto es La 25", miró para los costados y no pudo evitar sonreír. Había dejado todo para volver a ser. Y renació. Las topper llenas de barro y la voz de aquél, que le cantaba con bronca al sucio sheriff. Acá estoy, ésto soy.
Un faso entre los labios, sus ojos desangran, sé que andarás siempre así, vagando por el bajo...
Eso es lo que sos, lo más lindo que conocí de vos. Nunca te olvides que sos el amor de mi vida. Te quiero.
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